Cada alcaldía aprueba a su ritmo cómo administrará los fondos públicos del siguiente año, pero si no se hace a tiempo se repite el anterior, pero puede traer complicaciones.
Por Carmen Valle
Así como presupuesto general de ingresos y egresos del Estado tiene una fecha límite para su aprobación, al de las municipalidades también fecha límite: debe estar listo antes del 15 de diciembre de cada año. Aunque se puede modificar en los meses siguientes, según un experto, sí es importante su aprobación antes del día establecido en la ley.
¿Cuál es el proceso para aprobar el presupuesto municipal?
Según el artículo 131 del Código Municipal, el alcalde debe presentar al concejo municipal el proyecto de presupuesto en la tercera semana de octubre de cada año. Tras hacerle los ajustes convenientes, este debe aprobarse el 15 de diciembre como máximo.
En esa discusión, cita el mismo artículo, deben tomarse en cuenta de forma equitativa las necesidades de poblaciones rurales y urbanas. Y si las condiciones financieras lo permiten, el concejo determina cuánto dinero distribuir equitativamente entre las alcaldías indígenas o comunitarias.
“Los presupuestos municipales son importantes porque allí se evalúan las necesidades insatisfechas en la localidad en el presente. Si se discuten cuando el Código Municipal lo establece, el concejo tiene espacio para hablarlo con calma con la comunidad”, explica el economista investigador de transparencia fiscal, Carlos Melgar.
¿Qué pasa si no se aprueba el 15 de diciembre?
Tal y como sucede con el presupuesto general de la Nación, si no hay uno nuevo aprobado, rige el del año anterior. El problema es que se hizo con necesidades distintas, entonces requerirá invertirle tiempo para hacer modificaciones. Además, “no se garantiza la inclusión de todos los temas importantes porque no hubo una planificación”, añade el economista.
Durante el año, tal y como él menciona, el Código Municipal permite hacer ajustes al presupuesto. Estos pueden implicar aumentar el gasto porque se percibieron más ingresos o redistribuir el dinero a través de quitar fondos a un programa para dárselos a otro.
Si puede ajustarse, ¿qué sentido tiene poner una fecha límite a la aprobación presupuestaria?
A decir de Melgar, la fecha límite existe para que los concejos municipales discutan con calma el presupuesto del siguiente año y tengan tiempo suficiente para escuchar a todas las entidades que quieran incluir en su formulación. Así hay más probabilidades de incorporar la mayor cantidad de proyectos posibles. Debe existir un equilibrio en la distribución territorial de los fondos y se evalúe cuáles son las necesidades ya satisfechas para enviar más dinero a otras. Con información de Ojoconmipisto. #Finanzas Municipales.
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