La elección de los 160 diputados que componen el Congreso estuvo marcada por la contradicción. Hubo renovación y continuidad. Fracasó de una parte de la izquierda y otra tuvo un éxito inédito. Se redujo el número de partidos representados, pero también el tamaño de la principal bancada. Uno de los partidos favoritos para alcanzar la presidencia, la UNE, se debilitó. Y el que ahora la abandona, Vamos, se fortaleció. Muchos diputados nuevos tuvieron éxito en las urnas, pero también otros tantos políticos tradicionales. Así se integró un Congreso que tomará posesión en enero de 2024.
Texto: Asier Andrés / Gráficas: Asier Andrés y Diego Orellana / Edición: Carolina Gamazo. No Ficción.
La elección de diputados al Congreso no tuvo un resultado tan inesperado como la primera vuelta presidencial, pero ofreció novedades.
El voto nulo o en blanco fue menor en el voto para las candidaturas al legislativo con respecto a la presidencial, pero aún así fue masivo. La Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) comenzó su decadencia tras años de fortaleza. El partido oficial, Vamos, dobló su presencia y tendrá la mayor bancada del Congreso. Semilla triplicó sus curules y será la mayor fuerza progresista del hemiciclo en décadas.
Pero la elección también mostró que hay cosas que no cambian. El Congreso seguirá siendo un espacio fraccionado, con 16 partidos diferentes, casi todos de ideología similar. Y en muchos departamentos los caciques mostraron cómo su capacidad para lograr apoyo permanece intacta.
En esta historia en gráficos, te contamos todo lo que necesitas saber cómo será el próximo Congreso y cómo votaron los guatemaltecos en la elección de diputados.
¿Cómo será el próximo Congreso?
El Congreso que salió de las urnas el pasado 25 de junio será diferente al electo en 2020. En la actual legislatura, la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) fue la fuerza dominante: obtuvo 52 de las 160 diputaciones. Ninguno de los otros 18 partidos que lograron representación, pudo acercarse a este poder. Ninguno siquiera logró la mitad de curules que la UNE.
Pero en la próxima legislatura, ya no tendrá una fuerza dominante, ni un número tan elevado de bancadas pequeñas.
La nueva fuerza más grande será la del actual partido oficial, Vamos, con 39 curules. Pero tendrá cerca dos bloques medianos, el de UNE, con 28 diputaciones y el de Semilla con 23.
Además, el número de partidos representados se redujo de 19 a 17. Son aún muchos, lo que hará que las negociaciones sigan siendo complicadas e impliquen a numerosos actores. Pero son menos de los esperados, teniendo en cuenta que el número de partidos que se postularon a la elección: 28, fue un récord histórico.
Los electores, sin embargo, no apostaron por un Congreso más dividido que el actual. Ocho partidos que están actualmente representados saldrán del hemiciclo, pero sólo habrá seis nuevas incorporaciones.
Entre los partidos que se van figuran agrupaciones históricas como la URNG y el PAN; agrupaciones que recientemente estuvieron en el poder, como FCN, que gobernó durante el periodo de Jimmy Morales (2016-2020); y partidos que pasaron discretamente por la vida legislativa, como Humanista, Prosperidad Ciudadana, Podemos y el MLP.
Entre los nuevos destaca Cabal, el partido de Edmond Mulet, que con 18 curules, que será la cuarta fuerza en el Congreso. También irrumpen pequeñas fuerzas VOS, una escisión de la UNE, que obtuvo cuatro diputaciones. Y agrupaciones aún más pequeñas como Azul, Nosotros, Cambio y Comunidad Elefante.
¿Quién ganó y quién perdió?
El actual partido oficial Vamos fue el gran triunfador. Sus resultados, de hecho, fueron mucho mejores que los que obtuvo en la última elección, cuando su candidato, Alejandro Giammattei, alcanzó la presidencia.
Vamos no dominará el Congreso, pero ganó 22 curules más de las que obtuvo en los comicios de 2019 y logró doblar su presencia en el hemiciclo.
Esto se debió, en parte, a que Vamos logró atraer a muchos diputados que estaban en otros partidos. Entre ellos están, por ejemplo, varios legisladores que fueron electos por la ahora extinta UCN, el partido de Mario Estrada, quién actualmente cumple condena en Estados Unidos por aceptar financiación del narcotráfico.
El desempeño de Semilla fue también extraordinario. Pasó de siete a 23 diputados. Además, a diferencia de Vamos, lo consiguió sin apenas atraer a figuras procedentes de otros partidos.
Será la tercera fuerza en el Congreso. Desde la Primavera Democrática (1944-1954), ningún partido progresista ha logrado una presencia semejante en el Congreso.
En el lado de quiénes más perdieron, destaca la UNE. El partido oficial en el periodo (2008-2012) se quedó con menos de la mitad de sus curules.
Seguirá siendo la segunda fuerza en el Congreso. Y, de nuevo, demostró que hasta el momento es el ex partido oficial que mejor ha sabido sobrevivir en el panorama político.
Sin embargo, en esta elección, la UNE dio signos de desgaste. Tuvo sus peores resultados desde 2011; sufrió escisiones y se volvió irrelevante en algunos distritos clave, como el de la ciudad capital.
Más dramática es la situación de la izquierda tradicional, que quedó reducida al mínimo.
Tras décadas en el Congreso, los antiguos insurgentes de la URNG, se quedaron sin representación propia. Solo lograron ganar una diputación en alianza con Winaq, que también sufrió una pérdida considerable. Los dos partidos, que en la última elección lograron un bloque de siete diputaciones, ahora, se quedaron con una sola. A esto, además, se suma la desaparición de otra agrupación de la izquierda tradicional, el MLP. Este partido, que irrumpió en el Congreso en 2020, perdió su única curul.
La práctica desaparición de la izquierda tradicional en el Congreso reduce la diversidad en el hemiciclo. Winaq, MLP y URNG son los partidos que en mayor proporción han incorporado a diputados y diputadas mayas en la actual legislatura. De hecho, la única representante que conservan, la diputada de Winaq, Sonia Gutiérrez Raguay será una de las pocas mujeres indígenas en el próximo Congreso.
Más de la mitad de los diputados son caras nuevas
¿Habrá muchas nuevas caras en el Congreso? En gran parte sí. Seis de cada 10 diputados que asumirán su curules en enero próximo, son personas que ahora no ocupan una diputación.
A esta renovación ha contribuido, principalmente, la emergencia de Semilla y Cabal, como tercera y cuarta fuerza en el Congreso, respectivamente.
Semilla es el partido más diputados nuevos aportará al hemiciclo: 20 de sus 23. Entre ellos hay académicos y estudiantes como Elena Motta, quien actualmente tiene 22 años y será la diputada más joven de la cámara.
Cabal, aunque sí ha incorporado a políticos tradicionales que proceden de otros partidos, también aportará 16 nuevas caras al Congreso.
La renovación, sin embargo, no ha ocurrido en todos los distritos por igual. En tres distritos, Sacatepéquez, El Progreso y Totonicapán, ninguno de los actuales diputados logró reelegirse. Todos los representantes que estos departamentos enviarán al Congreso serán nuevos.
Mientras, en distritos como Huehuetenango prácticamente todos los actuales diputados lograron mantenerse en el cargo. En este distrito, ocho de los diez representantes lograron reelegirse. Además, uno de los dos nuevos, Joel Martínez Juárez, es hijo de uno de los reelectos, el cacique departamental, Joel Martínez Herrera, que lleva casi dos décadas en el Congreso.
El voto nulo y en blanco descendió en la elección al legislativo
¿En la elección de diputados, el voto nulo o blanco fue tan alto como en la primera vuelta presidencial? Sí y no.
En la votación de los 32 diputados del Listado Nacional –que representan a todo el país y no a un departamento en particular–, el comportamiento de los electores fue muy similar al registrado en la elección presidencial.
El voto nulo y blanco, de hecho, fue algo más alto en elección del Listado Nacional que en la primera vuelta presidencial. Uno de cada cuatro sufragios válidos al Listado Nacional fue blanco o nulo.
Se trata de un récord histórico, que muestra el nivel de rechazo que sufre el actual sistema de partidos y que también se manifestó en la elección presidencial del 25 de junio pasado.
Sin embargo, en la elección de los 128 diputados restantes, los distritales, que representan a su departamento, sucedió lo contrario. El voto nulo o blanco descendió considerablemente, sobre todo en los distritos más pequeños, lo que evidencia cómo el apoyo a muchas figuras políticas locales sigue siendo fuerte. En la elección de diputados distritales los nulos y blancos representaron el 19 por ciento de los sufragios. Esto significa que unos 300 mil electores que no quisieron elegir representante en la elección presidencial o en la del Listado Nacional, sí votaron por diputados distritales.
¿Dónde descendió el voto nulo en la elección de diputados distritales?
Ocurrió en todo el país. Pero el cambio en el comportamiento electoral fue muy acentuado en distritos pequeños del norte y oriente del país. En estos departamentos, el voto nulo fue elevado en la elección presidencial, pero se redujo considerablemente en la elección de los diputados del distrito.
En Chiquimula, por ejemplo, casi seis de cada diez ciudadanos que votaron nulo a presidente, sí escogieron a un legislador.
Chiquimultecos que no quisieron apoyar a ninguno de los más de 20 candidatos presidenciales, paradójicamente, sí se animaron a votar a diputados como Esduin Javier Javier “Tres Kiebres” o Boris España, dos de los tres representantes del distrito.
Javier, el alcalde de Ipala, es señalado por la fiscalía de traficar drogas y estar implicado en un triple crimen. España ha sido acusado en dos casos de corrupción por comprar votos en el Congreso y cobrar sobornos.
En el otro extremo, el único distrito en el que sí subió el voto nulo en la elección legislativa fue la capital del país.
¿Qué partido fue el más votado en la elección de diputados distritales en cada departamento?
El mapa que surgió de la primera vuelta presidencial es sencillo. Las regiones del país se dividieron en básicamente en tres: los departamentos en los que el voto nulo fue superior al obtenido por cualquier partido –que fueron la mayoría–; los departamentos en los que la UNE, fue el partido más votado –Alta Verapaz, Huehuetenango o Quiché– y los departamentos en que ganó Semilla –la capital, Sacatepéquez y Quetzaltenango.
La elección de los 128 diputados distritales ofrece un mapa más complejo, con más actores y un comportamiento electoral más tradicional, sin tanto voto nulo o apoyo a Semilla.
Como muestra el mapa, Vamos es el partido que resultó más votado en un mayor número de departamentos: nueve de los 22. Ganó incluso en un distrito como Quetzaltenango, en el que Semilla ganó la elección presidencial.
La UNE, cuya fuerza solía residir en contar con un apoyo masivo en el norte y el occidente, sólo fue mayoritaria en las Verapaces, Petén y Totonicapán.
Los nulos pasaron de dominar 13 departamentos a solo tres, si bien son distritos importantes, como San Marcos, Escuintla y Chimaltenango.
¿A quién perjudicó más el voto cruzado?
En los comicios de los últimos años, votar por el candidato a presidente de un partido, pero a diputados y alcaldes de otras agrupaciones –el voto cruzado– ha sido un comportamiento habitual entre algunos electores.
Los últimos dos presidentes, que recibieron más votos que sus diputados y contaron con bancadas pequeñas, lo experimentaron. Y sea quien sea el próximo mandatario, le volverá a suceder lo mismo.
Los principales perjudicados por el voto cruzado fueron precisamente los dos partidos que han pasado a la segunda ronda presidencial: la UNE y Semilla, que perdieron más de medio millón de votos en la elección de diputados.
Cinco de los partidos que quedaron entre los siete primeros en los comicios presidenciales fueron incapaces de mantener su caudal de votos en las legislativas. Solo los diputados de Cabal tuvieron un voto consistente con el de su candidato presidencial.
Esto puede suceder por varios motivos. Puede ser que los candidatos a diputado de un distrito no sean tan populares o conocidos como el aspirante a la presidencia de la misma agrupación.
También es posible que algunos ciudadanos, en cada tipo de elección, voten con un propósito diferente en mente.
Por ejemplo, el voto presidencial puede estar más motivado por afinidad política. Pero el voto a representante de un distrito puede estar más influenciado por consideraciones personales o por algún interés particular.
O también puede ser que en la elección presidencial o municipal se vote pensando principalmente en la “utilidad” del sufragio; es decir, a quién se considera más favorito, pero en la legislativa esto no influya tanto.
También es posible que haya ciudadanos a quiénes, simplemente, les parezca una buena opción, repartir su voto ante la gran variedad de candidatos disponibles.
¿Dónde perdió votos la UNE?
La UNE perdió votos en todos los departamentos del país salvo en Totonicapán. Este fue el único lugar en los que candidatos a diputado de este partido superaron el desempeño de Sandra Torres como aspirante a la presidencia.
La situación fue especialmente perjudicial en departamentos como Jutiapa, San Marcos, Retalhuleu y Suchitepéquez, en los que perdió alrededor de la mitad de sus votantes.
En los comicios de 2019, la agrupación de Sandra Torres logró nueve diputados en estos cuatro distritos. Pero el pasado 25 de junio solo pudo mantener a dos de ellos. En estos, el espacio dejado por la UNE fue ocupado, principalmente por Vamos.
¿Qué pasó con Semilla en la elección de diputados?
El resultado del Movimiento Semilla fue mucho mejor de lo esperado incluso por los más optimistas. En el Congreso, aunque también batieron un récord en cuanto a representación, los votos para los parlamentarios igualaron el inesperado éxito de Bernardo Arévalo, su candidato presidencial.
En comparación con los sufragios que recibió Arévalo, los votos de candidatos de Semilla en la elección de diputados del Listado Nacional se redujeron un 25 por ciento. Y cayeron aún más, un 34 por ciento, en la elección de diputados distritales.
Semilla solo pudo mantener la fidelidad de sus votantes en la ciudad capital y, en menor medida, en el resto de municipios del departamento de Guatemala. Pero fuera del área metropolitana, decenas de miles de los votantes de Arévalo eligieron a legisladores de otros partidos.
El caso más extremo es el de Chiquimula, donde Semilla perdió a tres de cada cuatro de sus votantes en la elección de diputados. En Sololá, Petén y Jalapa perdieron a seis de cada diez.
En Quetzaltenango sus votos cayeron a casi la mitad. De haberse mantenido en niveles similares a los que recibió Arévalo, Semilla habría ganado al menos un curul adicional a la que obtuvo en este distrito. Esto es probable que sucediera también en Chimaltenango.
¿Por qué ocurrió esto? Es posible que a Semilla le afectara el hecho de contar con estructuras partidarias débiles en muchos departamentos o con candidatos poco conocidos.
También es posible que sus votos en la presidencial se dispersaran en la legislativa hacia otros partidos de izquierda como el MLP, Winaq o URNG en varios distritos.
Estos tres partidos y Semilla compitieron entre sí en la mayoría de departamentos, lo que hizo que el voto crítico o de izquierda se diluyera y no se tradujera en más diputaciones para estos partidos.
¿A quién benefició el voto cruzado?
En términos absolutos, Vamos fue el partido más beneficiado por el voto cruzado. Fue el más votado en la elección legislativa y obtuvo 260 mil votos más que en la presidencial.
Pero, en proporción, partidos pequeños como Creo,Todos o Nosotros fueron los que más crecieron. Estos se beneficiaron de contar con candidatos fuertes en ciertos distritos.
Creo, por ejemplo, tuvo un desempeño pobre en la primera vuelta presidencial, pero en la ciudad capital fue el segundo partido más votado en la elección de diputados distritales.
Esto significa que muchos vecinos de la Ciudad de Guatemala que votaron probablemente por presidenciables como Zury Ríos no apoyaron a sus candidatos a diputados y se inclinaron por los de Creo.
Los partidos de la izquierda tradicional, Winaq y URNG, también se beneficiaron del voto cruzado. Los sufragios a su favor se multiplicaron por dos hasta alcanzar los 188 mil. No se puede determinar la procedencia de estos votos, pero es posible que algunos votantes de Semilla les votaran a ellos en la elección legislativa.
Sin embargo, Winaq y URNG –que fueron en coalición en Lista Nacional, pero separados en la mayoría de distritos– no pudieron convertir la mayoría de estos votos en curules.
Al ir divididos, y, además, tener que competir con el MLP y Semilla, su poder se diluyó. De haber participado en coalición, Winaq y URNG habrían obtenido votos suficientes para obtener diputaciones en Sololá, Quetzaltenango y Huehuetenango. En cambio, no lograron ni una sola curul en estos distritos y prácticamente han desaparecido del Congreso.
¿Dónde creció más el apoyo al partido oficial?
El apoyo al partido oficial creció por todo el país, pero principalmente en el norte, el oriente y parte de la costa sur. En estos distritos, el voto nulo fue fuerte en la elección presidencial, pero en la de diputados, muchos ciudadanos convirtieron su voto de rechazo al sistema en un voto, paradójicamente, a favor del partido del actual presidente Giammattei.
En Santa Rosa, Zacapa, Jutiapa e Izabal, el apoyo al partido oficial se dobló en la elección de diputados.
Solo en la capital, donde Vamos tuvo un apoyo reducido en legislativas y presidenciales, apenas se produjo voto cruzado.
¿Quiénes fueron los diputados más valiosos para sus partidos?
La elección mostró cómo algunos diputados tienen un enorme poder para atraer votantes en sus distritos. Si están en un partido o en otro es irrelevante. Si un votante apoyó al candidato presidencial o a alcalde de otro partido, eso tampoco les afecta. Básicamente, el electorado les apoya a ellos, personalmente.
Los diputados que se mostraron más fuertes que cualquier otro candidato de su partido son, en su mayoría, caciques tradicionales, que han construido su poder desde el control de municipalidades. Varios de ellos, además, operan en zonas con fuerte presencia del narcotráfico.
Es el caso del alcalde de Ipala, Chiquimula, Esdwuin Javier Javier, “Tres Kiebres”. Y también de Marvin Zepeda Zepeda, hijo del alcalde de El Progreso, Jutiapa, Marvin Zepeda González. Y de Vivian Preciado Navarijo, hija de la alcaldesa de La Blanca, San Marcos Edilma Navarijo.
Estos tres, como muestra la gráfica, se encuentran entre los cuatro diputados más valiosos para sus partidos. Los tres participaron con agrupaciones pequeñas que obtuvieron escaso apoyo en la elección presidencial, pero, a pesar de ello, lograron captar una gran cantidad de votos en sus distritos.
Dos de ellos, Tres Kiebres y Vivian Preciado, tienen conocidos vínculos con el crimen organizado.
El alcalde de Ipala está pendiente de que le retire la inmunidad para que le pueda procesar por integrar una organización dedicada al narcotráfico. Un hermano de la diputada Preciado, el alcalde de Ocós, Carlos Preciado, fue capturado en Panamá en 2021 y extraditado a Estados Unidos acusado de traficar cocaína.
Pero no todos los diputados valiosos para sus partidos tienen el mismo perfil. También destaca, el desempeño, por ejemplo, de Cristian Álvarez, un catedrático de la Universidad Francisco Marroquín que procede del sector privado. Álvarez pertenece a Creo, un partido en decadencia. Sin embargo, él ha logrado tener un electorado fiel en la capital del país.
Sucede algo similar con Alexandra Ajcip que ha construido una base de votantes en municipios metropolitanos como Mixco y Villa Nueva.
Entre los diputados de Vamos, destaca el poder de Napoleón Rojas Alarcón en Santa Rosa y de Carolina Orellana en Zacapa. Ellos contaron con la ventaja de pertenecer a un partido grande y con acceso privilegiado al gobierno central. Sin embargo, demostraron con sus resultados que su influencia trasciende a la de su partido.
Rojas Alarcón será diputado por tercer periodo consecutivo. Él es hijo de Napoleón Rojas, un militar retirado implicado en los desfalcos del Crédito Hipotecario Nacional y el Ministerio de la Defensa, ocurridos en 2001. Carolina Orellana buscó en estos comicios su primera reelección. Ambos, Orellana y Alarcón, formaron parte de la UCN de Mario Estrada.
La continuidad de estos diputados y el éxito demostrado por nuevos legisladores, como Esduin Javier, pone en evidencia cómo la política tradicional pervive entre una parte importante del electorado y seguirá siendo una fuerza fundamental en el Congreso.
Porque estas fueron las elecciones en las que emergió Semilla como tercera fuerza en el Congreso y más de un millón de ciudadanos votaron nulo o blanco para expresar su descontento con el sistema.
Pero también fueron las elecciones en las que un hombre acusado de narcotráfico y de un triple crimen, fue el candidato más votado en el departamento de Chiquimula. CON INFORMACIÓN DE NO FICCIÓN. Elecciones 2023.