La guerra se alarga en el tiempo y en el espacio. Putin intentará consolidar su posición en el este y sur de Ucrania en las próximas semanas. Si Occidente entrega las armas prometidas, la defensa ucraniana se vería fortalecida y podría reconquistar territorio
“Se avecinan unas semanas extremadamente difíciles. La aplicación práctica de los acuerdos para recibir nuevos armamentos, la formación y la logística llevan tiempo. Y Rusia ya ha consolidado sus fuerzas para una ofensiva a gran escala en el este de Ucrania”, advirtió el ministro de Defensa ucraniano Oleksiy Reznikov. Serán tres o cuatro semanas decisivas. De acuerdo al nivel de resistencia que encuentren, las fuerzas rusas agrandarán o achicarán el círculo de la ofensiva. Será una campaña lenta.
El objetivo de las tropas del Kremlin es cerrar el círculo en la región del Donbás “liberando” las provincias enteras de Donetsk y Luhansk donde ya domina esos enclaves desde 2014. De esa manera creará un corredor en forma de media luna uniendo los puertos estratégicos de los mares de Azor y Negro con la península de Crimea hacia el sur y el Donbás hacia el norte. Si lo consigue, la intención de Vladimir Putin es crear allí una Ucrania del Este de hecho que pasará a formar parte de la Gran Madre Rusia.
Si las fuerzas ucranianas reciben a tiempo el armamento pesado que ya prometieron entregar Estados Unidos y la Unión Europea, tienen muchas posibilidades de desbaratar el plan diseñado por Putin y hasta reconquistar las zonas separatistas de Donetsk y Luhansk. Las tropas de ocupación rusas están registrando algunos de los mismos problemas que tuvieron en el noroeste ucraniano cuando se vieron obligados a desistir de su plan de conquistar Kyiv. A pesar de estar mucho más cerca de la frontera de su país y con territorios controlados, las líneas de suministros siguen siendo deficientes. También continúan los informes de la baja moral en las tropas y los actos de indisciplina.
El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, y el canciller, Serguéi Lavrov, anunciaron el jueves que la “segunda fase de la operación” en Ucrania está en marcha. Los funcionarios ucranianos están de acuerdo: la guerra entró en una fase crucial. Todo está concentrado en la rica zona del Dombás, con enormes reservas de carbón y el cordón industrial más importante de Europa del Este. El ejército ruso y las fuerzas de las autoproclamadas “Repúblicas Populares” de Donetsk y Luhansk tienen la iniciativa, pero aún no lograron avances decisivos. “El hecho de que los preparativos de Rusia se prolonguen no es ninguna sorpresa: hay demasiado en juego para actuar precipitadamente. Al fin y al cabo, el siguiente movimiento de las fuerzas rusas determinará probablemente el resultado de la guerra”, es la conclusión de los analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra (IWS) de Washington.
En los últimos días, nada de lo que ocurrió en el Donbás se pareció a la batalla decisiva que se había predecido. Todavía hay importantes obstáculos importantes en el camino del objetivo declarado por Rusia de crear un “puente terrestre a Crimea”. Las fuerzas del Kremlin aún no acumularon el armamento suficiente para la ofensiva. Tampoco tienen las tropas necesarias como para conquistar un territorio, dejar allí destacamentos para asegurarlo y milicias frescas para continuar con el avance. La experiencia en las zonas conquistadas como la ciudad de Kherson siguen siendo muy traumáticas para los rusos. Los civiles se les enfrentan y tienen una resistencia potente.
Mientras tanto, el ejército ucraniano también está reforzando sus fuerzas en la región. Buena parte de las defensas que estaban en los alrededores de Kyiv fueron desplazadas al Donbás. También fueron incorporados nuevos combatientes de las milicias populares que a esta altura ya obtuvieron experiencia de combate. Por ahora, el secretivo generalato ucraniano no dio señales de necesitar mayor cantidad de combatientes en el frente. Se sabe que cuentan con unas brigadas internacionales de más de 20.000 soldados, en su mayoría con gran experiencia de combate, que fueron incorporadas a la estructura del ejército. También reforzaron la defensa aérea con la incorporación de helicópteros que ingresaron por las bases estadounidenses en Alemania vía Polonia.
Los datos disponibles no proporcionan suficientes pistas para indicar exactamente cómo va a ser la campaña, pero se pueden armar tres escenarios posibles que dependen de las “ambiciones” que tengan los rusos y de su capacidad militar. Son planes de máxima y de mínima con respecto al control de territorio. No hay dudas de que el deseo de Putin es controlar el Donbás lo antes posible para declararse triunfador con un gran desfile militar del Día de la Victoria, en Moscú el 9 de Mayo. Eso parece ya estar descartado, pero Putin espera estar antes de Junio en una posición de menor debilidad de la que tiene ahora por si tuviera que ir a una negociación. Estos son los posibles escenarios de acuerdo a una variedad de fuentes militares rusas, ucranianas, estadounidenses, británicas y canadienses que expusieron sus posiciones en diferentes sitios especializados en Defensa y las redes sociales, particularmente ex militares de alto rango con conocimiento en el terreno que publican en Telegram.
Escenario 1: El gran cerco
En este escenario, el ejército ruso ataca desde el norte (desde su cabeza de puente al sur de Izyum) a través de Barvinkove y desde el sur (desde el área alrededor de Velyka Novosilka y Huliaipole) en un intento de rodear a todas las tropas ucranianas del Donbás. Sería una operación más abarcativa en territorio y que demandaría el mayor esfuerzo bélico.
Pros: Si Rusia tuviera éxito, sería un paso significativo hacia sus principales objetivos políticos: tomar el control de la totalidad de los territorios de Donetsk y Luhansk y derrotar a una parte importante del ejército ucraniano. Rodear y tomar prisioneros a decenas de miles de soldados ucranianos daría al Kremlin una clara ventaja a la hora de cualquier negociación con Kyiv.
Contras: Por el momento, las probabilidades de que una operación de este tipo tenga éxito son escasas. Para llevar a cabo un plan de tal envergadura, las tropas rusas no sólo tendrían que atravesar más de 120 kilómetros mientras luchan contra el ejército ucraniano, sino que también tendrían que crear una retaguardia fiable, ya que Ucrania podría lanzar contraataques desde Kharkiv, Poltava, Dnipro y Zaporizhzhia por un lado y desde Slavyansk y Kramatorsk por otro.
Según los datos del Pentágono, unos 90 grupos tácticos de batallones rusos, es decir, entre 70.000 y 90.000 soldados, incluidas las tropas que actualmente siguen ocupadas en Mariupol, pueden participar en la operación para tomar el Donbás. Esto, claramente, no es suficiente para rodear a un grupo de un tamaño comparable y rendirlo. Una ofensiva de este tipo también supone el traslado de las tropas que están ahora controlando Mariupol.
Escenario 2: Un frente dividido
En este escenario, Rusia lanza varias operaciones consecutivas de menor envergadura con el objetivo de romper las defensas de Ucrania y debilitar su ejército en el Este del país.
Pros: Rusia, al tener la iniciativa, podría enfrentarse a las tropas ucranianas con fuerzas superiores en múltiples áreas. Podría tomar una zona que serviría de protección de los enclaves separatistas y lanzar desde allí bombardeos sobre las ciudades de Dnipro y Zaporizhzhia.
Contras: Este enfoque no garantizaría una victoria militar rápida ni ningún triunfo político importante para el Kremlin. Por el contrario, podría conducir a una guerra de desgaste, que posiblemente daría a Ucrania la ventaja.
Escenario 3: Pequeño cerco
En este escenario, Rusia intenta romper el frente con ataques hacia la cabeza de puente ucraniana al sur de Izyum (a través de Slavyansk y Kramatorsk) y desde la zona de Donetsk.
Pros: En contraste con el primer escenario, este enfoque no requeriría que Rusia estirara tanto su ejército. Si tuviera éxito, el Kremlin estaría mucho más cerca de lograr sus objetivos políticos.
Contras: El ejército ruso tendría que atravesar las zonas fortificadas ucranianas en torno a Kramatorsk en el norte y Donetsk en el sur. El éxito no estaría ni mucho menos garantizado, y podría acarrear todas las consecuencias de los dos primeros enfoques combinados: el agotamiento de las fuerzas rusas y las pérdidas por los contraataques ucranianos en los flancos de Rusia.
La guerra de los tres días planteada por Putin ya entró en su tercer mes y podría alargarse por tres años. Siempre se sabe cuándo comienzan las guerras, nunca cuando terminan. El resultado de lo que suceda en el Donbás nos podría aproximar a un calendario más realista. Con información de INFOBAE.