Los arriates de los jardines del parque sampedrano los han convertidos en un basurero y ventas de comida. Da una tristeza observar como las autoridades que permiten a los vendedores de alimentos coloquen sus ventas en las bancas destinadas para uso de los vecinos o visitantes las utilicen para descansar y armar la tertulia. Ir al parque era una atracción sana y sin contaminación.
El consejo del inspector
- Tienen suficiente presupuesto para nombrar dos empleados de limpieza y ellos se pueden encargar de servir como guardianes para evitar que comerciantes, vecinos y vendedores lancen basura en los jardines.
- En el parque de Totonicapán –por ejemplo- las autoridades colocaron cámaras de vigilancia y las monitorean. El vecino que sea sorprendido lanzando basura es multado por policías municipales que están asignados a esa tarea.
- Ideas y medidas para mejorar esas deficiencias hay. Los obligados a desarrollarlas son los integrantes del concejo Municipal quienes devengan Q18 mil mensuales por concepto de dietas. Qué abusos cometen con el dinero del pueblo al asignarse mil quetzales por sesión y a esa cantidad hay que agregarle el costo de una lujosa cena “banquete”.