Al menos ocho personas murieron tras un ajuste de cuentas en Guatemala, cuando el hijo de un difunto narcotraficante tomó venganza por el asesinato de su esposa, lo que vuelve a demostrar que estar tras las rejas no es una barrera para los criminales.
El 19 de mayo, siete reclusos fueron asesinados, la mayoría de ellos decapitados, en medio de un motín en la penitenciaría Cantel, en la ciudad de Quetzaltenango, al oeste de Guatemala, como anunció el Ministerio Público del país en Twitter.
Según fuentes policiales citadas por la prensa guatemalteca, los disturbios y asesinatos fueron organizados por Carlos Roberto León Barillas, exintegrante del clan de narcotraficantes Los Leones, en represalia por el asesinato de su esposa.
Anais del Carmen Gamboa, la esposa de León Barillas, de nacionalidad venezolana, había sido abaleada ese mismo 19 de mayo por dos hombres que se movilizaban en una moto, mientras ella conducía su automóvil en ciudad de Guatemala.
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Al parecer, los presos asesinados habían intentado extorsionar a León Barillas, amenazando con matar a su esposa si no les pagaba 20.000 quetzales (unos US$2,500). Y parece que cumplieron su amenaza.
León Barillas está preso en Cantel desde 2016, acusado de asociación para delinquir y narcotráfico.
Es hijo de uno de los criminales más conocidos de Guatemala, Juan José León Ardón, alias “Juancho”. Este dirigía a Los Leones, clan especializado en el tráfico de drogas en la frontera de Guatemala con Honduras y El Salvador, hasta que fue asesinado en 2008 por hombres armados enviados desde México por Los Zetas.
Análisis de InSight Crime
Cuatro años después del asesinato del mayor extorsionista de las cárceles guatemaltecas, continúa la práctica de tratar de arrebatarles el capital a los narcotraficantes.
En julio de 2016, Byron Lima, que alguna vez fue el preso más famoso de Guatemala, fue asesinado a tiros en la prisión de Pavón. Lima, exoficial de inteligencia y agente político, rápidamente se convirtió en el prisionero más influyente en Pavón. Parte de su poder provenía de recolectar la talacha, una extorsión que se les cobraba a los presos que recién ingresaban a las cárceles en Guatemala. Lima inicialmente cobraba la talacha mediante zanahoria y palo, pues no se la exigía a sus aliados y castigaba a quienes no estaban dispuestos a pagarla o no podían hacerlo.
Pero él luego dejó de cobrar la talacha y sacó del camino a otros extorsionistas, lo que le permitió ganar popularidad entre otros reclusos.
Hay teorías contradictorias sobre quién fue el autor del ataque, pero Lima fue asesinado a tiros el 18 de julio de 2016, en una masacre en la que otras 13 personas resultaron muertas.
Tras la muerte de Lima, el siguiente jefe en emerger en la prisión de Pavón fue Howard Wilfredo Barillas Morales, alias “Matazetas”. Al igual que Lima, Barillas Morales cuenta con un escuadrón de guardaespaldas y agentes dentro de la prisión y cobra un impuesto significativo, que se cree es del 10 por ciento, sobre todos los artículos contrabandeados y vendidos en la cárcel.
Barillas Morales ha reinstaurado la práctica de la talacha, y ha habido denuncias de que los reclusos nuevos son golpeados para obligarlos a pagar.
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En el reciente incidente en la cárcel de Cantel, parece que los novatos extorsionistas no le llegaban ni a los tobillos a la influencia de los reyes de Pavón. Además, se estaban metiendo con el último vástago de una de las familias criminales más infames de Guatemala.
El ascenso y la caída de la familia León tuvieron gran influencia en el narcotráfico de Guatemala. Al principio eran un grupo de ladrones de carros y ganado, pero más tarde se especializaron en el narcotráfico robando cargamentos de cocaína de otros clanes guatemaltecos, entre ellos Los Mendoza y Los Lorenzana.
Los Leones, liderados por León Ardón, finalmente llegaron a un acuerdo con el grupo mexicano Cartel del Golfo, para transportar drogas a través de su región en Guatemala. Esto los llevó a chocar con Los Zetas, otro poderoso cartel mexicano con fuerte presencia en Guatemala. En marzo de 2008, Los Zetas acribillaron a disparos a 11 personas, entre ellas León Ardón, en Zacapa. En 2011, su hermano, Haroldo, también fue asesinado, igualmente por Los Zetas.
Pero aunque el grupo al parecer ha desaparecido, el apellido León todavía inspira respeto. A las pocas horas de la muerte de su esposa, parece que León Barillas organizó un motín en la prisión, tomó como rehén al director, encontró a los responsables y los asesinó. Con información de InSight Crime. #Narcotráfico.