Estas son las especies de árboles que pueden sembrarse en una ciudad para no agrietar las calles

Los árboles tienen más funciones que adornar una ciudad, pero para poder cumplirlas requieren espacio para sus raíces y por eso se debe estudiar qué especie conviene sembrar.

Árboles sembrados en la avenida Reforma, en la Ciudad de Guatemala. Crédito: Skyscrapper city.

Por Carmen Valle

En cada municipio de Guatemala hay calles con árboles, pero en algunas se complica el tránsito por las grietas y montículos a causa de las raíces de los árboles más antiguos. ¿Cómo se evita esto? Con especies específicas que las municipalidades pueden sembrar sin comprometer el estado del asfalto en el futuro.

De acuerdo con el ingeniero forestal, Francisco Lorenzo, los árboles no solo deben sembrarse para decorar un municipio, sino también benefician a la población porque mejorar la calidad del aire, aportan sombra y oxígeno, y contribuyen con la baja de temperaturas durante las temporadas calurosas. Aun así, advierte, cuando no se seleccionan las especies correctas, los árboles pueden levantar el asfalto, dañar entubados o incluso llegar a los cimientos de las construcciones alrededor.

“En un área urbana debe estudiarse la aptitud de los terrenos y luego sembrar especies cuyas raíces crezcan hacia abajo. Si solo se siembran especies por su apariencia ornamental, pero con raíces invasoras, a futuro hay riesgo de que estas levanten el pavimento”, explica el ingeniero forestal.

Lilos, árboles pequeños con raíces hacia abajo. Crédito: arquitectura y diseño de interiores.

Esas especies, llamadas “planifolios”, pueden ser, por ejemplo, los magnolios, laureles, lilos o adelfas amarillas. Suelen ser frondosos, con hojas anchas y perennes; pueden llegar a medir entre seis y diez metros de altura.

Por otro lado, los árboles no recomendados por Lorenzo son los de raíces invasoras, las cuales suelen crecer hacia los lados. Algunos ejemplos de estas especies son los cipreses, olmos, sauces, álamos, robles, espinos, abedules, hayas o arces. De hecho, algunos de estos se mencionan en artículos de universidades nacionales donde se les cataloga como riesgosos porque pueden llegar a agrietar ventanas o pandear el suelo en las construcciones alrededor.

Estos árboles suelen sembrarse porque crecen lento y se ven bonitos, entonces no se ve la amenaza. “El problema surge años después, por eso deben hacerse siembras sostenibles que resuelvan las necesidades actuales sin comprometer la capacidad para satisfacer las futuras”, añade Lorenzo.

Si las siembras se realizan de la manera correcta, no solo se aumenta la disponibilidad de oxígeno. También se puede contribuir con la recarga hídrica y ayudar a reducir los problemas de agua en el país. La Universidad del Valle determinó cómo la presencia de vegetación en los municipios puede reducir la temperatura en ellos hasta 4°C y disminuir la cantidad de agua contaminada al viajar por el suelo. Con información de Ojoconmipisto..

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