EE. UU. recomienda suspender aplicación de vacuna de J&J por casos adversos

El Gobierno de Estados Unidos recomendó este martes suspender la aplicación de la vacuna de Johnson&Johnson contra el COVID-19, tras la detección de seis casos de trombosis cerebral en seis mujeres, de las que una murió y otra se encuentra en estado grave.

Su administración, que requiere de una única dosis, se ha detenido en varias partes del país, después de que las autoridades sanitarias federales aconsejaran una pausa «como precaución» y mientras se hace una investigación exhaustiva sobre estos casos.

Los casos adversos se han hallado en seis mujeres de entre 18 y 48 años, y todas los desarrollaron entre una y tres semanas después de que recibieran la vacuna.

Esos efectos secundarios no figuraban en la lista de posibles reacciones que figuraban dentro de la autorización para uso de emergencia para J&J en EE. UU., según medios locales.

Casos «extremadamente raros»

«Ahora mismo parece que estos casos son extremadamente raros», matizó en una rueda de prensa el médico Peter Marks, responsable del Centro de Evaluación Biológica e Investigación de la Agencia de Fármacos y Alimentos (FDA, en inglés), encargada de la aprobación de las vacunas contra el COVID-19 en el país.

Aun así, Marks reconoció que los efectos secundarios son parecidos a los que se han registrado con la vacuna de AstraZeneca y que por el momento desconocen su causa exacta.

Por su parte, la subdirectora general de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), Anne Schuchat, pidió a los ciudadanos que se hayan puesto esta vacuna en las últimas dos semanas que vigilen los síntomas y acudan al médico si tienen dolores fuertes de cabeza, abdominales o en las piernas, además de dificultad para respirar.

Asimismo, solicitó a los médicos que cuando atiendan a pacientes con niveles bajos de plaquetas comprueben si han sido vacunados recientemente.

En cualquier caso, Schuchat recalcó que quienes lleven más tiempo vacunados con esta fórmula no tienen por qué sufrir efectos adversos, y añadió que no se puede generalizar porque los casos registrados suponen una cifra muy pequeña.

Los CDC han convocado para el miércoles una reunión de su comité asesor sobre prácticas de inmunización para revisar más a fondo estos casos y la FDA también revisará los análisis.

Los expertos que han dado explicaciones sobre lo ocurrido, incluido el principal epidemiólogo del Gobierno de EE. UU., Anthony Fauci, han advertido que el tipo de trombosis que se ha descubierto en los seis casos es muy distinto a las típicas y no puede tratarse, por tanto, con heparina.

Pausa a la vacunación

La recomendación de suspender el uso de esta vacuna se dirige a quienes la estén administrando en los distintos estados, aunque por lo pronto todos los canales de salud federales (lugares de vacunación masiva, centros de salud comunitarios y similares) que la inyectaban tendrán que detener el proceso.

Poco después del anuncio de la FDA y los CDC, Ohio, Nueva York, Connecticut y Nebraska, entre otros, han suspendido la aplicación del suero.

Cerca de 7 millones de personas han recibido la vacuna de J&J en EE.UU., de acuerdo a datos de los CDC.

Ante esta situación, la Casa Blanca ha asegurado que la pausa en la vacunación no tendrá un «impacto significativo» en su estrategia para inmunizar contra el COVID-19 a la población.

El coordinador de la respuesta del Gobierno contra el coronavirus, Jeff Zients, recordó en una rueda de prensa que la vacuna de J&J supone menos del 5 por ciento de las 190 millones de dosis (192 millones según la cifra actualizada de los CDC) que se han administrado en EE.UU. «hasta la fecha» y que el país está preparado ante cualquier contratiempo.

El presidente Joe Biden «autorizó a comienzos de este año, incluso antes de que la vacuna de J&J fuera autorizada, asegurarse dosis suficientes de Pfizer y de Moderna para los 300 millones de estadounidense para finales de julio», indicó Zients.

EE. UU. ha dado autorización para uso de emergencia a las vacunas de Pfizer y Moderna, que requieren de dos dosis, y a la de J&J, mientras que AstraZeneca todavía no ha solicitado este permiso.

La de J&J y AstraZeneca han sido desarrolladas como las vacunas tradicionales, mientras que las de Pfizer y Moderna emplean una plataforma de ARN mensajero.

Retraso en el reparto para Europa

Tras la decisión de EE. UU., J&J informó que retrasará el reparto de su vacuna en Europa, tras consultar con las autoridades sanitarias.

La empresa farmacéutica dijo tener conocimiento de un problema «extremadamente raro» que implica «coágulos de sangre combinados con bajas plaquetas» y que se ha dado en un «número reducido» de personas que han recibido su vacuna anticovid.

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) subrayó que está «investigando» todavía los casos de tromboembolismos detectados en EE. UU. y advirtió de que «actualmente no está claro si existe una asociación causal» entre la vacuna y estas afecciones.

En declaraciones a EFE una portavoz de la agencia aseguró que el comité de seguridad (PRAC) de la EMA inició «una revisión de una señal de seguridad» en relación con estos casos, pero que la investigación sigue en marcha y «decidirá si puede ser necesaria una acción reguladora» cuando llegue a sus conclusiones científicas.

Janssen Pharmaceutica, una división de J&J con sede en Bélgica, desarrolló la vacuna en colaboración con el israelí Beth Israel Deaconess Medical Center. EFE