Casi cinco siglos atestiguan una de las primeras celebraciones religiosas y culturales en Guatemala. Es la fiesta de Nuestra Señora de la Asunción, el 15 de agosto, cuyo origen se remonta al barrio colonial de Jocotenango, en Sacatepéquez.
Dicha celebración religiosa está relacionada con el obispo Francisco Marroquín, quien hacia 1541 autorizó a los frailes dominicos construir una iglesia conmemorativa de la asunción de María en aquella comunidad vecina a Santiago de los Caballeros de Guatemala y que se formó en su mayoría por indígenas.
De hecho, Jocotenango significa en náhuatl muralla en donde hay jocotes.
En aquella época, la fiesta empezaba el 14 de agosto y terminaba a finales de mes, y se le conoció como la fiesta de Nuestra Señora de la Asunción de Jocotenango, debido a que los dominicos la nombraron patrona del lugar.
Traslado
Los terremotos de 1717 y 1773 dañaron severamente el templo barroco. Entonces, las celebraciones se trasladaron a la cuarta capital, fundada en 1776 como Nueva Guatemala de la Asunción, nombre que conserva hasta la actualidad.
Sin embargo, ya el culto a la asunción de María estaba extendido en los barrios viejos asentados en La Ermita desde el siglo XVII cerca de la Parroquia Vieja, razón por la cual las autoridades españolas decidieron cambiarle el nombre a la naciente ciudad.
Un dato curioso es que la nueva ciudad ya no recibió el patronazgo de Santiago Apóstol, solo la Arquidiócesis.
Hacia finales del siglo XIX y principios del XX, el nuevo barrio de Jocotenango, en la actual zona 2 capitalina, era muy conocido por su feria, la cual reunía a la élite que vivía en los alrededores del templo y que frecuentaba en carruaje los potreros de Corona.
El historiador guatemalteco José García Bauer destacó en una oportunidad que la celebración debería ser una “feria a magnitud de toda la capital”, en referencia a la devoción mariana.
Representación mariana
Tanto en la Catedral Metropolitana como en la parroquia de la Asunción existen tallas de la Asunción de María que la representan con la mirada hacia el cielo en el momento en que, según el dogma de la iglesia Católica, es elevada por un coro de ángeles. Según dicha doctrina, la madre de Cristo no conoció la corrupción del sepulcro.
AGN. Con información de Isaac Ramírez. #Festejo.