Luego de cruzar el punto fronterizo de Agua Caliente, decenas de hombres, mujeres y niños avanzan en su ruta por el territorio guatemalteco con el objetivo de llegar a Estados Unidos y mejorar sus condiciones de vida. ANUNC
No se detienen. Los migrantes hondureños que participan en la segunda caravana de este tipo en salir desde ese país centroamericano en lo que va de 2020 avanzan por Guatemala con la meta clara de llegar a territorio estadounidense.
Se trata de más de un centenar de hombres, mujeres y niños que, luego de cruzar este 1 de febrero el punto fronterizo de Agua Caliente, continúan con la ruta que iniciaron desde la terminal de autobuses de la segunda ciudad más importante de Honduras: San Pedro Sula.
Tras el recorrido que emprendieron, que superó los 300 kilómetros, según lo declarado por varios de los migrantes a la agencia internacional de noticias EFE, llegaron a Nueva Ocotepeque, ciudad en la que pasaron la noche del viernes al recibir apoyo en el Centro de Atención al Migrante.
Aunque varios lograron cumplir con la presentación de los documentos requeridos para ingresar a Guatemala de manera legal, por no contar con sus pasaportes y cédulas, muchos accedieron por trochas sin supervisión.
A consecuencia de las diferencias presentadas entre varios de los líderes de la caravana, la agrupación que se movilizaba desde San Pedro Sula se fue dispersando. Gerardo Muñoz, uno de los jóvenes que encabezó la salida de la caravana, relató que -por ahora- avanzan divididos.
El drama de quienes no cuentan con documentosQuienes no cuentan con su pasaporte vigente se arriesgan a atravesar las zonas por puntos solitarios en medio del peligro de ser interceptados por grupos ilegales y expuestos a las inclemencias del paisaje rural. En este tipo de casos, quienes logran salir bien librados e ingresar a Guatemala sin ser detenidos también están apostando por cruzar desde ahí hacia Belice.
Una de estas historias fue relatada a EFE por una hondureña que salió de su país con la caravana del 15 de enero y quien, al retornar a su localidad de origen, fue requerida por las autoridades migratorias nacionales, las cuales le reclamaron el pago de una multa por la irregularidad que cometió.
“No me queda de otra, me tengo que ir por un punto ciego, tengo mi pasaporte hondureño, pero no puedo salir legalmente de mi país”, declaró la migrante que se negó a compartir su nombre por motivos de seguridad.
Se trata de la sexta caravana organizada desde el 13 de octubre de 2018, el año en el cual cerca de 5.000 migrantes centroamericanos partieron de sus países con el objetivo de huir de la violencia y la pobreza que aqueja a la región.
Con información de la agencia EFE y medios locales.